Bienvenid@ al Mambo de los Condenados Vos guitarrista y cantor venido a menos que ahora va al galope por la pampa. Subis por un cerro con un camino empinado. Los pájaros que hasta hace poco cantaban alegremente ahora suenan como gritos de dolor. De repente aparece frente a vos, la piedra roja que el viejo de la pulpería te había dicho. Atas y aseguras tu guitarra a la silla de tu fiel caballo y luego pronuncias La Palabra, esa que aquel viejo te confeso. Entonces se abre una cueva en la roca, das un paso dentro, el caballo relincha y sale corriendo hacia el lado contrario. [[Las primeras pruebas]] (set: $Reputacion_mandinga to 100)En el primer pasillo de este laberinto te sacás los zapatos, el sombrero y el pañuelo, debe ser así. Ya sumido en la oscuridad comenzás a escuchar el arpa tenebrosa y pronto sentís la presencia del basilisco. Menos mal que no se ve, sino te petrificaría, seguís su siseo, el basilisco te guía para atravesar este laberinto. Ya en el pasillo recto y angosto empezás a caminar, después de unos pasos sentís las primeras alimañas: serpientes, iguanas y tarántulas comienzan a trepar por tu cuerpo. Tenés que quedarte completamente quieto, inmovil aguantando la respiración. De a una van trepando por tus piernas, tu pecho, tu cabeza, tus hombros y bajan por tu espalda siguiendo el camino sin hacerte daño. Todas esas criaturas pasan por tu cuerpo hasta dejarte atrás y ahora sí, podés avanzar. Entonces aparece ese animal grotezco que te había contado el viejo, un chivo de pelo negro, ojos endemoniados, cuernos tan curvados como un espiral. El animal bufea en tu dirección, lo rodeás facilmente sin que se mosquee, pero cuando por fin llegás al otro lado, el animal se da vuelta y corre, te topea y te arroja a un profundo hoyo. [[La caída]]El hueco es profundo, más que profundo, estás cayendo al abismo. Ves pasar murciélagos a tu lado, seguís cayendo y repentinamente te desmayás. Despertás y estás en el fondo, ves sobre vos el abismo que sube en espirales de roca viva. Te levantás y delante tuyo no podés ver más allá, es una profunda oscuridad. ¿Qué decidís? [[Trepar por el abismo para salir|Trepás hacia la salida del abismo]] [[Dar un paso hacia la oscuridad]]Escuchás una pequeña explosión y se comienzan a prender, a cada lado, cien antorchas. Lográs ver una sala con cortinas magníficas que cubren paredes de roca negra con piso y columnas de mármol que sostienen un techo de tierra y rocas. En el fondo de la sala un enorme trono rodeado de lechuzas, quirquinchos, perros, chanchos, culebras y sapos, frente a él, hechiceros, brujas y diablillos. Viniste para esto. [[Gritar ¡¿DÓNDE ESTÁ EL MANDINGA?!| Todo tiembla en la sala del trono]] [[Esperar en silencio | En la sala del trono]]Luego de mucho esfuerzo y luchar contra murciélagos que te atacaban débilmente lográs llegar hasta el borde del hoyo. Estás de vuelta frente a aquel chivo endemoniado que te mira colérico. [[Enfrentarlo| Te enfrentas al chivo]] [[Esquivarlo| Intentas esquivar al chivo]]El chivo corre hacia vos, lográs evitar el primer golpe y le pegás una patada. Se da vuelta y vuelve a intentar embestirte, de ésta no pudiste zafar, caés al suelo, te defendes con patadas y trompadas. Pero el chivo es pesado y sus pezuñas son como hachas contra tu cuerpo, tras unos cuantos minutos de pisotones tu cuerpo yace inerte en la oscuridad de la cueva. (text-rotate-z:8)[= (text-colour:red)[Moriste, el juego ha terminado junto a tu vida.] Si antes pudiste pasar por al lado dé él sin que se de cuenta ¿por qué no intentarlo nuevamente?. Das un paso y el chivo corre tan rápidamente hacia vos que no lográs evitarlo, te tira nuevamente por el hueco del que acabás de salir. [[Caes y caes a lo profundo del abismo nuevamente ->La caída]] Se desmorona una de las paredes que deja un gran agujero en uno de los costados de la sala. Él atraviesa las cortinas, un enorme ser, mitad serpiente, mitad humano, ES EL MANDINGA. Se sienta en su trono y te mira con un gesto entre curioso y vehemente. (text-colour:purple)[- ¿Qué desea el que me busca?] Su voz retumba como un trueno en toda la habitación y una vez termina su frase queda resonando un zumbido siseante en el ambiente. [[Reculás ante su presencia | Reculás]] [[¡Quiero hechizar a todo el mundo con mi canto! | Presentás tu deseo ante el Mandinga]](set: $Reputacion_mandinga =it-10) De repente escuchás una (text-style:"smear")[(text-colour:red)[explosión]]mucho mayor que la de antes. Se abre un agujero en una de las paredes y él atraviesa las cortinas, un enorme ser, mitad serpiente, mitad humano, ES EL MANDINGA. Se sienta en su trono y te mira con un gesto entre curioso y vehemente. (text-colour:purple)[- ¿Qué desea el que me busca?] Su voz retumba como un trueno en toda la habitación y una vez termina su frase queda resonando un zumbido siseante en el ambiente. [[Reculás ante su presencia | Reculás]] [[¡Quiero hechizar a todo el mundo con mi canto! | Presentás tu deseo ante el Mandinga]]Te arrepentís, empezás a balbucear y… despertás, parece todo haber sido un mal sueño, estás completamente borracho con la cabeza sobre una mesa de la pulpería del Tarta. Una guitarra suena, parece que eso te despertó, el payador empieza a contar una vieja leyenda de estas tierras, la leyenda de La Salamanca.- ¡Quiero hechizar a todos con mi canto! Le decís a aquel ser del inframundo (text-colour:purple)[- Me gusta tu pasión, pero no tan rápido, eso va a costarte el alma.] (text-colour:purple)[-¿Estás de acuerdo?] Su voz vuelve a hacer temblar las paredes y termina en siseo. [[Reculás, ¿quién le entregaría su alma a un ser así? | Reculás]] [[¿A dónde hay que firmar? | Siguen las pruebas]]Aceptás vender tu alma y el Mandinga te dice que aún hay unas pruebas más que debés superar. Hace un gesto con su mano y ante vos se abre el suelo, una gran grieta separa la sala al medio, de un lado estás vos, del otro el Mandinga, su trono y sus seguidores. Él saca un enorme facón de su costado y lo revolea, queda sobre la raja que se abrió en la tierra, formando un puente con el filo hacia arriba. (text-colour:purple)[- Vení conmigo] Dice el Mandinga abriendo los brazos como invitándote a su regazo serpentino y luego señala el filo del cuchillo que acaba de lanzar. [[Pasás decididamente | El puente]] [[Pasás cautelosamente | Al filo de la grieta]] Comenzás decididamente a caminar sobre el filo del facón. Paso tras paso tus pies sangran pero no sentís dolor. Cuando llegás a la mitad ves una luz dorada bajo tus pies, mirás hacia abajo y hay un crucifijo del que emana la luz. (text-colour:purple)[- ¡ESCUPILO!] La voz del Mandinga suena más fuerte que nunca, hace temblar todo y casi estás a punto de caerte, pero recuperás el equilibrio. [[Escupís el crucifijo | ¡Bien hecho!... ¿bien hecho?]] [[Decís “eso es una blasfemia” -> Al filo de la grieta]] Das un paso sobre el cuchillo y dudás, el filo del facón se hunde en tu pie y no podés frenar la fuerza de la gravedad. Empezás a caer sobre ese último paso, tu cuerpo se desbalancea y cae. Yacés en dos mitades en lo profundo de la grieta del infierno. (text-colour:red)[Moriste, el juego terminó junto a tu vida.]Escupís el crucifijo y seguís por el filo del facón, lográs llegar al otro lado. Una bruja te recibe con un pergamino abierto, un diablillo moja una pluma en la sangre de tus pies y te la da. (set: $nombre to (prompt: "¿Con qué nombre vas a firmar el contrato?", " ")) - Mi nombre es (print: $nombre) y te vendo mi alma Mandinga [[¡Lo lograste!]] (set: $Humanidad =it-10)(text-colour:purple)[-¡BIENVENIDO A MIS HUESTES, (text-style:"underline")[CONDENADO]!] Resuena una vez más la voz del Mandinga, mucho más fuerte, mucho más demoníaca. Las brujas, los brujos y los diablillos arrancan la fiesta a tu alrededor, sentís como tu garganta arde y luego se calma y empezás a cantar junto a los demás. Las alimañas te levantan sobre sus lomos y te pasean por toda la sala, tu voz y tu canto ahora suena como nunca antes sonó. [[En un rancho cercano...]]A pocos kilómetros una señora se despierta asustada por el alboroto, empieza a rezar... - ¡Dios nos salve, que hoy hay baile en (text-style:"double-underline")[La Salamanca]! [[Al segundo capítulo ->Capítulo 2]] (print:$nombre), trepás nuevamente por el abismo en espiral por el que caiste. Te encontrás cara a cara con el chivo negro, pero esta vez no te ataca, se acerca lentamente y te lame los pies, con su saliva sana tus heridas. Las alimañas te miran con respeto desde sus cuevas y cuando llegás al laberinto otra vez aparece el basilisco que te guía para salir. En la última curva te esperan tus botas, tu sombrero y tu pañuelo, que te los volvés a poner. Das un paso afuera y la piedra que se había abierto antes ahora se cierra crugiendo suavemente. Escuchás un galope y ves llegar a tu caballo, con tu guitarra aun bien atada a su silla. Te ponés la guitarra en la espalda y comenzás a cabalgar, pasan las horas y ya se te está haciendo de noche. A lo lejos ves una tranquera y al fondo del campo un pequeño rancho. Un poco más adelante una frondosa higuera bajo la que podrías refugiarte del rocío. [[Entrás al campo y golpeás la puerta | La puerta del rancho]] [[Pasás la noche bajo la higuera | La noche ante las estrellas]]Una china joven te abre la puerta, un poco asustada, te pregunta con voz temblorosa - ¿Quién es? ¿Qué necesita? [[- Soy (print: $nombre) vengo viajando hace medio día, se me hizo de noche en el camino, quería saber si me podían dar techo esta noche, a cambio puedo ofrecer mi música. - Y mostrás tu guitarra.| Fuiste cordíal y se te agradece por ello]] [[- ¿Y qué voy a necesitar? ¡Necesito entrar! ¡Hace frío! -| No fuiste muy cordial]] [[ - Soy (print:$nombre). - Sacás tu guitarra y tocás un primer acorde| Tus primeros hechizados]](set: $Reputacion_mandinga =it-10) Encontrás una gran higuera a un costado del camino, atás tu caballo y te recostás debajo de aquél custodio de la pampa. Por la noche en tus sueños se repite la frase que dijo El Mandinga: (text-colour:purple)+(bg:grey)[(text-style:"bold")[- ¡Bienvenido a mis huestes (text-style:"double-underline")[CONDENADO]!]] Ves como las alimañas de La Salamanca salen de la cueva y se dirigen al camino que andaste para llegar hasta acá. Queda retumbando la última palabra, "CONDENADO" te levantás agitado. Tenés una deuda importante que saldar con ese poderoso ser de las profundidades. [[Cabalgás pensativo rumbo a la pulpería del Tarta, en tu pueblo. |Capítulo 3]] (set:$Reputacion_mandinga = it-5) Te abre la puerta, aún un poco temerosa, pero viene su padre del fondo del salón y te recibe con un apretón de manos. Comen en familia: vos, la china que te recibió, su padre, su madre y sus dos hermanos menores. La cena fue amena, y la china no te sacaba los ojos de encima. Pedís si por favor podrías tocar para ellos pero los padres se niegan. Te dicen que no quieren nada a cambio de la hospitalidad, ellos hospedarían a todo buen hombre que esté exhausto en el camino. Te tiran una manta gruesa sobre el suelo del comedor y te dan otra para taparte. Dormís calidamente y por la noche soñás: Ves en tus sueños como las alimañas brotan de aquel cerro en el que encontraste la Salamanca. Las huestes de El Mandinga, parecen recorrer el camino que vos hiciste. Te despertás abruptamente en medio de la noche exsaltado cuando algo te está tocando los piés. Te sacás rápidamente la colcha de encima y son unas cinco cucarachas que estaban debajo de la frazada. Viene corriendo la china a preguntarte si estás bien, le señalás a donde estaban esos bichos y cuando volvés a mirar ya no están. Ella te acaricia tiernamente la espalda y empieza a cantarte una nana. Su voz es hermosa, y al poco tiempo estás cantando con ella, las cuerdas de tu guitarra empiezan a resonar con sus voces y cuando ya termina la canción, se besan con la joven. [[Te dejás llevar -> La noche de pasión]] (set: $Reputacion_mandinga = it - 5) Asustás a la joven y cierra la puerta, te quedás ahí frente a la puerta. De repente se vuelve a abrir, parece ser el padre de la joven. Te hechan a rebencazos de su campo, montás de nuevo tu caballo y seguís cabalgando toda la noche. Te dormís sobre la silla de montar y empezás a soñar. En tus sueños se repite la frase que dijo El Mandinga: (text-colour:purple)+(bg:grey)[(text-style:"bold")[- ¡Bienvenido a mis huestes (text-style:"double-underline")[CONDENADO]!]] Ves como las alimañas de La Salamanca salen de la cueva y se dirigen al camino que andaste para llegar hasta acá. Queda retumbando la última palabra, "CONDENADO" te levantás agitado. Tenés una deuda importante que saldar con ese poderoso ser de las profundidades. [[Tomás las riendas y seguís cabalgando pensativo rumbo a la pulpería del Tarta, en tu pueblo. |Capítulo 3]](set: $Reputacion_mandinga =it+10) Empezás a rasguear la guitarra y cuando te das cuenta ya estás improvisando versos junto a toda la familia. Los padres de la joven lloran y sus hermanos miran sin poder quitar la vista de tus cuerdas. Pero La China, ella está absolutamente entregada a tu canto, a tu hechizo. Cenan y te rodean de halagos y agradecimientos. Te muestran una habitación en la que podés dormir, es la habitación de los padres de la familia, ellos van a dormir en el comedor para dejarte la mejor cama de la casa. Te dormís y empezás a soñar Es la voz de El Mandinga (text-style:"blur","fade-in-out")[... CONDENA.. !] Te despierta una voz dulce y alguien que te sacude suavemente, es la china que te abrió la puerta (text-colour:#da77f2)[- Disculpe, ¿puedo.... estar con usted esta noche?] [[Aceptar| La noche de pasión]] [[Rechazar | Una mañana incómoda]](set: $Reputacion_mandinga = it + 10) (set: $Vida_china to true) Pasan juntos una noche de extrema pasión. A la mañana siguiente tanto ella como su familia te ruegan que la aceptes como compañera, que la dejes acompañarte a donde vayas. No te podés negar, ella es como una bendición para vos. [[Te vas con la china, camino a la pulpería del Tarta y a tu pueblo|Capítulo 3]] (print:$Vida_china)(set:$Reputacion_mandinga = it - 15) Esa noche la rechazás, ella sale llorando de la habitación a viva voz. Te volvés a dormir y volvés a soñar: Ves en tus sueños como las alimañas brotan de aquel cerro en el que encontraste la Salamanca. Las huestes de El Mandinga, parecen recorrer el camino que vos hiciste. Te despertás abruptamente exsaltado cuando algo te está tocando los piés, te sacás rapidamente la colcha de encima Son unas cinco serpientes que estaban dentro de la cama. Salís corriendo al salón pero esa mañana todos te miran mal y practicamente te hechan de su rancho casi sin hablarte. [[Te subís a tu caballo y galopás hacia tu pueblo y hacia la Pulpería del Tarta |Capítulo 3]]LA PULPERÍA DE EL TARTA Llegaste hasta aquí con: Saldo a favor con El Mandinga: (print: $Reputacion_mandinga) puntos. (if: $Vida_china is true)[Con La China como aliada.] [[Llegaste al pueblo | La Pulpería]] [[Volver a jugar el capítulo 2-> Comienza tu viaje de vuelta]] [[Volver a jugar el capítulo 1 ->El camino a La Salamanca]]LA VUELTA A TU PUEBLO, A LA PULPERÍA DE EL TARTA Llegaste hasta aquí con: Saldo a favor con El Mandinga: (print: $Reputacion_mandinga) puntos. [[Comenzar el capítulo 2 -> Comienza tu viaje de vuelta]] [[Volver a jugar el capítulo 1 ->El camino a La Salamanca]] Llegás a la pulpería del Tarta por la tarde. De acá saliste la última vez camino a La Salamanca. El Viejo, que siempre está tomando algo acá, te dió todas las indicaciones de cómo superar esas primeras pruebas hasta llegar al chivo negro. Atás tu caballo afuera y al entrar te sorprende el sonido de una guitarra. A un costado, en el rincón que siempre ocupás vos para tocar hay un chico joven tocando y cantando. Además ves a una mujer mayor, colorada, que desencaja completamente en la sucia pulpería de tu pueblo. Ella está muy bien arreglada, tiene unos marcados rulos rojos y lleva un collar de perlas, aplaude con entusiasmo cada verso del joven guitarrista. Del otro lado de la barra el Tarta sirviendo vino a cuatro manos. De El Viejo ni rastros. [[Ir a la barra | El Tarta]] [[ Acercarse al joven guitarrista| Vos lo harías mejor]] (set:$pregunta_colo =false)(set:$pregunta_viejo =false)(set:$pregunta_pibe =false) Te acercás a la barra y te hacés un hueco entre los muchachos que le piben más de un vaso cada uno al Tarta. El Tarta te hace una seña con la cabeza como preguntando “¿qué querés?”. Pedís un vino y cuando se acerca para dartelo te dice - (print: $nombre), tanto tiempo. Le respondés el saludo y se queda ahí un rato. [[Preguntarle al Tarta “¿Ese quién es?” | El Pibe]] [[Preguntarle al Tarta por la señora colorada | La señora del whisky caro]] [[Preguntarle al Tarta por El Viejo | Malas noticias]] El pibe te saluda con la cabeza, Vos le mostrás tu guitarra como para que te de paso. Te hace una seña como que va a tocar una canción más, que esperes un minuto. [[Esperás a que termine su canción | El Pibe Farías]] [[Ni bien él empieza a tocar vos empezás a tocar sobre su canción | El pibe deja de tocar]](set:$pregunta_pibe = true) - ¿Ese? llegó hace dos días, es el Pibe Farías, ¿te acordás de él? el hijo de la Flavia. - Parece que vino a llevarse a la madre a la ciudad, porque está enferma. ¿Es bueno no? “Ciertamente el Pibe Farías no toca mal, pero tiene las manías de los chicos de ciudad. Además obviamente ahora no hay nadie que se compare con vos” pensás. [[Acercarse al Pibe Farías -> Vos lo harías mejor]] (if:$pregunta_colo is false)[[[Preguntarle al Tarta por la señora colorada -> La señora del whisky caro]]] (else:)[[[Acercarse a la colorada Dowley -> La señora Dowley]]] (if:$pregunta_viejo is false)[[[Preguntarle al Tarta por El Viejo -> Malas noticias]]] (else:)[[[Ir al rancho de El Viejo a investigar.| ¿Qué pasó?]]] (set:$pregunta_colo =true) - Es la señora Dowley, parece que es de la capital. - Llegó ayer y me preguntó por “artistas locales”, al día siguiente apareció el Farías. - Parece encantada con él. - Ayer y hoy me pidió el mejor whisky que tuviera. (if:$pregunta_pibe is false)[[[Preguntarle al Tarta “¿Ese quién es?” | El Pibe]]](else:)[[[Acercarse al Pibe Farías y pedirle que pare, para tocar vos -> Vos lo harías mejor]] ] [[Acercarse a la colorada Dowley | La señora Dowley]] (if:$pregunta_viejo is false)[[[Preguntarle al Tarta por El Viejo -> Malas noticias]]] (else:)[[[Ir al rancho de El Viejo a investigar.| ¿Qué pasó?]]](set:$pregunta_viejo =true) - El viejo falleció, lo encontramos sin vida en la calle, a unas cuadras. - Le hicimos el velorio y no fue nadie. No sabemos que carajos le pasó. - Apareció muerto de un día para el otro. Viviá en el talar por el lado de los Lopez. (if:$pregunta_pibe is false)[[[Preguntarle al Tarta “¿Ese quién es?” | El Pibe]]](else:)[[[Acercarse al Pibe Farías y pedirle que pare, para tocar vos -> Vos lo harías mejor]]] (if:$pregunta_colo is false)[[[Preguntarle al Tarta por la señora colorada -> La señora del whisky caro]]] (else:)[[[Acercarse a la colorada Dowley -> La señora Dowley]]] [[Ir al rancho de El Viejo a investigar.| ¿Qué pasó?]]Te acercas a la mesa de la colorada Dowley. Te parás frente a una de las sillas y la señora te invita a sentarte cuando ve que llevás una guitarra. - ¡Buenas tardes señor! Dice ella con una voz agravada pero melodiosa y continúa: - Muy buena voz la de aquel joven, El Farías, ¿no? [["Yo lo haría mucho mejor"| La colorada se muestra curiosa]] [["No lo hace mal, pero seguramente usté escuchó mejores alguna vez, en la ciudad seguro hay muchos buenos músicos."| Admitiendo la torpeza del Farias]] (set:$Reputacion_mandinga = it-25) (if:$Vida_china is true)[Llevás a la china a tu casa y le prometés que vas a volver. Ella te besa con pasión e incluso parece que se le cae una lágrima cuando al fin te despedís.] Camino al rancho del viejo se hace cada vez más de noche. El camino es largo, tenés que ir a campo traviesa, pero ya ves el límite del talar en el que está su rancho. Estando a tiro de boleadora ves que hay una luz naranja, como una luz mala. Una luz anaranjada que "danza" en el borde del talar. [[Das la vuelta y volvés al pueblo | Capítulo 4: Un camino de alimañas]] [[Te ocultás entre los pastos y esperas | La luz mala]] [[Empezás a tocar la guitarra, seguro El Mandinga te proteje | El canto de la luz]]- ¿Entonces creés poder hacerlo mejor? Te dice ella casi desafiante, entonces le hace una seña al Farías. El pibe corta abruptamente su interpretación y viene rápidamente a la mesa. Se sienta y la colorada te habla de nuevo a vos. - Es su turno don... (y hace una seña para que le digas tu nombre). [[ (print:$nombre) me llamo, respondés y vas al rincón de los cantores y payadores | Hechizando a toda la pulpería]]La señora se acomoda el peinado y se queda mirándote unos segundos. - Bueno, es verdad que por el estudio, pasaron muchos y algunos eran mejores. [[¿Por el estudio? (preguntás extrañado) | Colony Records]] (set:$presentacion_colorada =true) - Me presento correctamente, soy Diana Dowley. - Vine a buscar talentos al interior. - Represento a la discográfica Colony Records. - Supongo que no la conocés, se instaló hace poco en el país pero afuera es muy conocida. - Veo que llevas tu guitarra ¿creés poder hacerlo mejor que el joven Farias? [[Obvio, ya verá (acercarse al Pibe Farias) -> Vos lo harías mejor]] (set:$Reputacion_mandinga = it+20) Con el primer rasgueo de tu guitarra todas las miradas se clavan en vos. Luego de la primera estrofa ya todos están mirandote embelesados. Todos menos la Colorada Dowley que te mira con curiosidad. Luego de la segunda canción ves como ella le dice algo al Pibe Farías Él cambia repentinamente su expresión, sale de la pulpería casi arrastrando su guitarra con una cara de pánico y terror. Terminás de tocar y se produce una ovación inmensa. Todos aplauden, silban y gritan por vos y tu canto. Te vas acercando nuevamente a la mesa de la colorada y todos van tocandote la espalda, los hombros y felicitándote. (if: $Vida_china is true)[Tu china que se había quedado tomando algo en la barra se acerca, interrumpe tu paso y te llena de besos, te pregunta si ya pueden ir a tu casa.] (if: $Vida_china is true)[[[Hacerle caso a tu china e ir a tu casa con ella.| La calle fría]]](else:)[[[Te vas a tu casa satisfecho |Una noche fría]]] [[Vas decidido a la mesa de la Colorada|Colony Records y otro contrato]] (set:$Reputacion_mandinga = it-10) Salís de la pulpería con tu china, van zigzagueando por las calles, hace frío. Se abrazan para no tener frío, para sentir el calor del otro y para no caerse. Cuando están a unas cuadras de tu casa... ... ves al pibe Farías, cuelga con una soga al cuello de una rama gruesa de un viejo caldén. La china pega un grito de espanto y te das vuelta a consolarla. Van despacio, ella aún llorando por la terrible imagen, hasta que llegan a tu casa. ¿Habrá sido lo que le dijo la colorada? te preguntás recordando la situación de la pulpería. [[Ya alguien se hará cargo de ese pobre desgraciado, vos a lo tuyo, te quedás en tu casa con tu china | La noche en tu casa]] [[La llevas a la china a tu casa y volvés a ver qué pasó con el pibe | El pobre Pibe Farías]] (set:$Reputacion_mandinga = it+5) (if:$presentacion_colorada is false)[(set:$presentacion_colorada =true) - Me presento correctamente, soy Diana Dowley. - Vine a buscar talentos al interior. - Represento a la discográfica Colony Records. - Supongo que no la conocés, se instaló hace poco en el país pero afuera es muy conocida.] -Me parece que tenés mucho potencial para ser parte de nuestros artistas. -Podrías conseguir mucho dinero, mucha fama y mucho más. Te llevaríamos por todo el país. Incluso puede que hasta al extranjero. -Te propongo algo: nos podemos encontrar mañana por la mañan, me estoy quedando en una estancia a unos kilómetros. -Paso por vos a la mañana, si no salís asumiré que no querés ser parte de esta gran aventura que te propongo. -Obviamente tendrías que mudarte al menos un tiempo a la capital, yo puedo organizar sin problemas esa mudanza. (if: $Vida_china is true)[[[Ya estás seguro de que no querés aceptar este trato| La calle fría]]](else:)[[[Ya estás seguro de que no querés aceptar este trato |Una noche fría]]] [[Lo vas a pensar, pero casi seguro que sí, que te vas a sumar a la discográfica |Capítulo 4: Colony Records]]Llegan a tu casa y la china se deshace en llanto sobre tu pecho ni bien entrar. La consolás y le decís que no se preocupe, que el pibe debería tener sus motivos, no era tema suyo ni tuyo. Tocas la guitarra para tranquilizarla. Pero igual cuando lo pensas, creés que tiene que haber algo más. [[Volvés a la pulpería | La joda terminó]] [[Volvés a ver que pasó con el pibe -> El pobre Pibe Farías]] (set: $Reputacion_mandinga = it - 35) (if: $Vida_china is true) [Dejás a la china en tu casa, cubierta por una manta. Le decís que no se preocupe, que vas a ver qué pasó. Volvés sobre tus pasos y llegás al cadáver del pibe Farías.] (else:)[Investigás el cadaver del chico que había estado tocando en la pulpería.] Parece que sí, que se trepó al árbol y fue él mismo quien saltó. Encontrás debajo suyo un papelito, tiene una dirección anotada, parece de la capital Además dice “Colorada Dowley - Colony Records”, empezás a revisar por alrededor. Ttirada un poco más adentro del campo, está la guitarra del pibe, rota, destrozada. Tiene otra nota escrita a mano enganchada entre las cuerdas: “Para Flavia, mi mamá” dice el frente, la abrís y lees “perdón mamá no voy a poder llevarte a la ciudad... ... no soy tan buen cantor... ... hace poco me ofrecieron grabar algo e iba a poder llevarte al hospital que necesitabas... ... pero me echaron por no ser suficiente... ... no fui ni buen cantor ni buen hijo... ... lo siento mucho mamá” [[Llevás la nota vos mismo y la pasas por debajo de la puerta de La Flavia, una anciana del pueblo, que conocías y volvés a tu casa, arrastrando los piés | Capítulo 4: La peor noche]] Llegás a tu casa desanimado. (if:$Vida_china is true)[Cuando entrás a tu habitación la china ya se durmió. Te acostás a su lado y te quedás dormido exhausto y preocupado.](else:)[Te metés, sólo, en tu cama y te quedás dormido]] Empezás a soñar y ves la entrada a La Salamanca, cientos de alimañas salen por montones. Coronando la marcha, el chivo negro endemoniado. Atrás de todo cerrando la comitiva, el basilisco que te guió por el laberinto. Las huestes avanzan por el camino que andaste hasta tu pueblo. Ves como llegan hasta la casa de la familia de la joven china. El chivo mata a su padre y las demás alimañas destrozan la casa y se comen a sus hermanos y su madre. (if:$Vida_china is false)[Por último la joven china que te había abierto la puerta. Ella estuvo contemplando toda la masacre, sostenida por las grandes manos de El Mandinga. Una vez que toda su familia fue asesinada, ves como el propio Mandinga se transforma en una bestia con unas descomunales fauces. Se la traga lentamente y escuchás como poco a poco se van ahogando los gritos de la joven] Están cerca de tu pueblo… (bg:(gradient: 0, 0,#ffffff,0.034,#000000,1,#ffffff))[(text-style:"bold")[(text-colour:purple)[-¡BIENVENIDO A MIS HUESTES, (text-style:"underline")[CONDENADO]!]]] Resuena la voz de El Mandinga en tu sueño… Te despertás exaltado y lo ves, no era en tus sueños, es en persona... [[Das un salto en la cama | Es hora de rendir cuentas]]El Mandinga golpea el suelo con su pesado píe. (if:$Vida_china is true)[Suelta la cabeza de la china, ella cae como desmayada en la cama.] Se abre una grieta en el suelo de tu casa, y él te hace un gesto como para que le des la mano. En cuanto lo tocas ambos arden en llamas que no queman, sentís como algo se va de vos. Es tu alma que es arrastrada por El Mandinga por las profundidades de los túneles que llevan a La Salamanca. Has saldado tu deuda, El Mandinga te cobró al fin el alma.Decidís que la vida de la china no es tán importante, a pesar que te acompañó hasta aquí y estás seguro que te hubiera seguido hasta el fin de los tiempos. El Mandinga ni siquiera necesita que lo digas en voz alta. Ve en tu alma cuál es tu elección. Con la mano que tenía sobre la cabeza de tu china, la levanta de un solo movimiento. Sus gritos son ahogados por la gran palma de ese ser demoníaco, que cada vez es más grotesco, su cara se transforma y deja de ser la de un humano. Su cabeza pasa a ser la de una bestia con un gran hocico y una mandíbula que se desencaja como la de una serpiente. Mete en sus fauces a la muchacha que estuvo a tu lado hasta anoche. Cuando dejás de escuchar sus gritos lo entendés. No podés volver a pisar este pueblo. Todos te vieron con ella anoche en la pulpería todos sabían que te molestaba que el Farías estuviera tocando ahí en TU lugar y ahora también está muerto. El Mandinga, se va sonriendo y te dice: - El don que te dí te puede llevar lejos, pero recordá que cada hechizo cuenta. - Mientras más personas hechices con tu canto más lejos me mantendré. Entonces se esfuma en una bola de humo y azufre. Agarrás lo mínimo para sobrevivir en el camino y empezás tu viaje… [[El viaje eterno]] Muchos años estuviste recorriendo toda la provincia tocando en cada pulpería que podías. Te ibas dando cuenta como cada vez que tocabas para un público nuevo tu mente y tu corazón iban volviéndose más y más fríos. Hasta que una noche llegaste a un punto de no retorno, a no sentir nada. Ni siquiera la satisfacción de las ovaciones que recibías. Nada de nada. Y así siguieron tus días sin sobresaltos, por años y años. Algunos ancianos dicen que hace 40 años cuando eran jóvenes te vieron tocar. Pero enseguida dicen que es imposible, si así fuera tendrías que estar tan viejo como ellos. Pero vos estás igual que en ese momento. Vos hace rato dejaste de contar los años. Bien hecho CONDENADO, superaste algunos de los mambos que se te presentaron. ¿Qué hubiera pasado si no entregabas a la china? ¿Qué habrá pasado con el viejo? ¿Quién era realmente esa colorada de la pulpería?El Mandinga te toma por el cuello y de un salto atraviesa con vos en sus manos el techo de tu casa. Desde ahí podes ver como sus alimañanas invadieron tu pueblo, ves al basilisco, al chivo negro, a cientos de serpientes, arañas y murciélagos. Todas esas bestias entran y salen de casas y locales matando a todos a su paso. No se salva nadie, ves el cadaver del Tarta, ves a niños ser extrangulados por serpientes, ves a ancianos ser pisoteados hasta la muerte por el chivo. (if:$Vida_china is true)[Empezás a llorar y ves como él baja nuevamente y sube con tu china, le araña la espalda con una de sus filozas garras. De la espalda de ella empiezan a salir unas plumas negras y marrones, y poco a poco ves como tu compañera se convierte en una especie de lechuza grotezca. Sale volando y empieza a picotear los ojos de los cadáveres de la calle frente a tu casa.] [[Sucumbís a la locura]](set:$Reputacion_mandinga = it-15) Esperás a que él termine, y te saluda presentandose como Farías, el Pibe Farías. Te sede su lugar y se va a sentar junto a la colorada. [[Vos empezás a tocar. -> Hechizando a toda la pulpería]] (set:$Reputacion_mandinga = it+5) El pibe empieza a tocar y enseguida copías sus acordes. Después del cuarto acorde él deja de tocar, su cara se transforma ahora está muy triste. Se va cabizbajo a la mesa de la colorada. [[Empiezan tus canciones -> Hechizando a toda la pulpería]] Cuando estás volviendo en la oscura noche ves como el camino que entra a tu pueblo está alfombrado de tarántulas. (if:$Reputacion_mandinga < 60)[[[Corrés por el costado del camino para ver qué es lo que está pasando. | Las huestes llegaron a tu pueblo]]](else:)[[[Corrés por el costado del camino para ver qué es lo que está pasando. | Un walicho de La Salamanca]]] La luz está un rato más danzando en el borde del talar. Hasta que da como un salto, se vuelve roja y entra rápidamente en el bosque como una flecha. [[Das la vuelta y dejás atrás a esa extraña luz | Capítulo 4: Un camino de alimañas]] [[Decidís entrar al talar a ver que pasa ahí adentro |En lo oscuro del bosque]]En cuanto empezás a tocar la guitarra la luz reacciona y escuchás como empieza a hacer un ruido como a un bombo flojo. Entonces ves como comienza a acercarse a vos y a medida que se acerca vas notando que su "canto" se va mimetizando con el tuyo, podés distinguir las notas y el ritmo. Se acerca un poco más y su canto que había empezado a ser armonioso se va convirtiendo poco a poco en un sonido más áspero y chillón y su luz se vuelve más oscura. [[Seguís tocando | Su propia melodía]] [[Dejás de tocar | Escapa al bosque]]La colorada Dowley ya no está, Los borrachos aún están en la pulpería y algunos están cantando a coro una vieja vidala. (if:$pregunta_viejo is false)[El Tarta te ve entrar y ni bien llegás a la barra te cuenta sobre el viejo. - El viejo falleció, lo encontramos sin vida en la calle, a unas cuadras. - Le hicimos el velorio y no fue nadie. No sabemos que carajos le pasó. - Apareció muerto de un día para el otro. Viviá en el talar por el lado de los Lopez.] Preguntás un poco por ahí pero nadie vió salir a la Colorada ni nadie te comenta nada del Pibe Farías. Con cada persona que hablás, que te escuchó tocar te alaba nuevamente, de una manera muy lisonjera. [[Ir a ver el cadaver del Farías -> El pobre Pibe Farías]] [[Ir al rancho del viejo -> ¿Qué pasó?]] (set:$Reputacion_mandinga = it-10) Salís de la pulpería agradecido de tu nuevo don. Vas zigzagueando por culpa del alcohol por las calles de tierra hacia tu casa. Cuando están a unas cuadras de tu casa... ... ves al pibe Farías, cuelga con una soga al cuello de una rama gruesa de un viejo caldén. ¿Habrá sido lo que le dijo la colorada? te preguntás recordando la situación de la pulpería. [[Ya alguien se hará cargo de ese pobre desgraciado, vos a lo tuyo, te quedás en tu casa | Un paso hacia atrás]] [[Investigás qué pasó con el pibe | El pobre Pibe Farías]] Llegás a tu casa y sentís un profundo pesar en el pecho. Tocas la guitarra para tranquilizar a tu china. Pero cuando lo pensas, creés que tiene que haber algo más. Seguís con tu china hasta que se queda dormida, besas su frente y te disponés a salir. [[Volvés a la pulpería | La joda terminó]] [[Volvés a ver que pasó con el pibe -> El pobre Pibe Farías]] Lo perdiste todo, incluso perdiste completamente tu humanidad. Luego de precensiar toda la matanza te unís a las huestes de La Salamanca. Volvés junto a todas las alimañas a la cueva. Allí vivís por la eternidad. Participando de cada baile que se hace en honor a todos los incautos que, como vos, hacen un pacto, teñido de sangre, con El Mandinga.Vas a tu casa (if: $Vida_china is true)[junto a tu china, le contás la gran noticia de la discográfica y ella te abraza, te felicita y te llena de besos. Incluso te incentiva a aceptarlo] Vos estás con una sonrisa de oreja a oreja por todo esto. Al llegar a tu casas te dormís rápidamente pensando en el futuro que te depara. Pero tus sueños no son tan reparadores, Empezás a soñar y ves la entrada a La Salamanca, cientos de alimañas salen por montones. Coronando la marcha, el chivo negro endemoniado. Atrás de todo cerrando la comitiva, el basilisco que te guió por el laberinto. Las huestes avanzan por el camino que andaste hasta tu pueblo. Ves como llegan hasta la casa de la familia de la joven china. El chivo mata a su padre y las demás alimañas destrozan la casa y se comen a sus hermanos y su madre. (if:$Vida_china is false)[Por último la joven china que te había abierto la puerta. Ella estuvo contemplando toda la masacre, sostenida por las grandes manos de El Mandinga. Una vez que toda su familia fue asesinada, ves como el propio Mandinga se transforma en una bestia con unas descomunales fauces. Se la traga lentamente y escuchás como poco a poco se van ahogando los gritos de la joven] (else:)[Por la mañana tu joven china está llorando acurrucada con una frazada, hecha un bollito en tu cama.] Escuchás como llega un moderno auto, con todo su ruido y un sonido que nunca habías escuchado, parecido a una trompeta o algo así. (if:$Vida_china is true)[[[Decidís no salir, te vas a quedar a consolar a tu china|Consolando a La China]]] [[Salís a por tu prometedor futuro |Una revelación]] (set:$Reputacion_mandinga =it-20) Escuchás como después de un rato el auto arranca denuevo. Te quedás con tu china hasta la tarde El contrato no lo pudiste firmar pero por la noche tenés otra oportunidad de demostrar tu don. [[Vas a la pulpería | Culpable]]Te subís al auto de la Colorada Dowley, al asiento de atrás en el que va ella. Te saluda animosamente y empiezan a recorrer las calles charlando de trivialidades. Hasta que al fín sale el tema. - Muy bien (print:$nombre), es tiempo de hablar sobre lo que podemos ofrecerte. - Sabemos que esa habilidad no te pertenece, pero podemos hacer que sí sea así. - Nosotros tenemos un pacto con un ser superior a ese diablo local. - Podemos saldar tranquilamente tu deuda con él sin que pierdas eses gran don que te consedió. - Obviamente a cambio fimarías un contrato con nosotros deberás seguir. - Podrías dedicarte a tu música, al fin y al cabo, fue por eso que quiciste tener ese don ¿no? - Vas a poder tocar frente a cientos y miles de personas, encantarlos a todos. Su discográfica pagará tu deuda con él, manteniendo tu don, pero tendrás que dedicar tu vida a ellos. Te vas a poder dedicar a la música pero lejos de tu pueblo y bajo la supervisión de Colony Records. - ¿Qué decís?, te pregunta la colorada Dowley [[Aceptar el contrato | Las giras interminables]] [[No aceptar el contrato | Adiós a la colorada y a Colony Records]] La colorada vuelve a dejarte en tu casa para que prepares todo para irte. (if:$Vida_china is true)[Le contás todo a la china e incluso te ponés a tocar la guitarre de la alegría] Preparás todo, esa misma noche viene a buscarte la señora Dowley para llevarte (if:$Vida_china is true)[, a vos y a tu china,] a la capital. El contrato se firmó el mismo día que llegaste y la colorada te prometió que nunca más ibas a tener que preocuparte por El Mandinga. Los primeros añós estuvieron buenos para vos, grabaste muchas canciones, tocaste en lugares que nunca pensaste que ibas a tocar. (if:$Vida_china is true)[Pero tu china no soportó la vida de ciudad, además vos te ibas varios meses y volvías muy poco a tu casa en la ciudad. Dos años después de tu primer grabación la china te dejó muy apenada, volvió al pueblo. Pero vos no la seguiste, estabas viviendo tu sueño.] Seguiste año tras año cumpliendo con cada trabajo que te encargaban, perdiste la cuenta de cuántas personas ibas hechizando hace rato. Las giras pronto se convirtieron en algo habitual, al igual que los excesos, que cada vez eran más. eran giras y giras sin parar, de alguna manera había que soportalas. Hasta que un verano te dieron un descanso, ya habían pasado veinte años desde la última vez que pisaste tu pueblo, asique decidís volver. (if:$Reputacion_mandinga>65)[[[Un viaje a tus inicios|¡Qué cambiado que está todo!]]] (else:)[[[Un viaje a tus inicios|Ya no queda nada]]] En cuanto te negás la Colorada Dowley te lleva a tu casa y abandona el pueblo. Esa tarde pasa, no te sentís muy animado, pero por la noche, hay otra oportunidad de mostrar tu don. [[Vas a la pulpería | Culpable]]Llegás a la pulpería y en cuanto atravezás la puerta todas las miradas van a vos. Ya la gente no te mira con admiración como anoche, ahora te miran con desprecio y odio. Empiezan a abuchearte, al principio no entendés porque hasta que logran ponerse de acuerdo y te gritan: - ¡ASESINO! ¡ASESINO! Uno de los viejos lo explica un poco más: - Encontraron muerto al Pibe Farías el que anoche estaba ocupando tu lugar. Te hechan la culpa de eso y creen que fuiste vos. [[Te disculpás con todos, les explicás que vos no fuiste y volvés a tu casa | Otra noche terrible]] [[Tocás la guitarra para volver a encantarlos | Esto se vuelve costumbre]]Volvés a tu pueblo, y la pulpería de El Tarta ya no existe, en su lugar hay un galpón de una firma extrangera. Preguntás, por ahí y te dicen que ni bien te fuiste unos hombres de traje aparecieron y le pagaron mucha plata al Tarta para comprarle la pulpería. Pero una semana después aparecieron los cuerpos sin vida de El Tarta y del Pibe que había estado tocando esa noche y su madre, La Flavia. Algunas personas más también aparecieron muertos por esa época, toda gente que conocías. Luego de eso volvés a la capital desanimado, pero no demasiado. Tu vida sigue viviste unas décadas más sin sobresaltos hasta que tu cuerpo mortal no soportó más... ... pero tu voz, esa voz por la que tanto hiciste, siguió siendo usada por la discográfica por muchos años más.Volvés a tu pueblo, pero ya no existe, en las calles hay algunos huesos humanos. Solo queda la pulpería de El Tarta, medio destartalada, entrás y te encontrás con El Mandinga en persona. Te cuenta que cuando te fuiste, llegaron hasta las profundidades de La Salamanca unos señores de traje, a hacer un trato con él para liberarte a vos de su control. A cambio de tu libertad acribillaron a todos en el pueblo. A todos, al Tarta, a la madre del Farías, a los borrachos de la pulpería todos y cada uno de tus vecinos, todo para saldar para siempre la deuda que vos habías asumido. (if:$vida_china is true)[Por último te cuenta que cuando la china volvió al pueblo cayó en la desesperación en cuanto vió la matanza en el pueblo. En ese momento aún los cadáveres estaban casi completos en las calles del pueblo. Ella desesperada corrió hasta el rancho de su familia y encontró también sus huesos pudriendose, terminó quitandose la vida en la casa que la vió crecer.] La noticia te vuelve loco, perdiste completamente la humanidad, el propio Mandinga te extiende una soga y te señala una viga de la pulpería.(set:$Reputacion_mandinga=it-15) No lograste convencer a nadie con esas palabras vacías. Todos saben que le guardarías rencor a cualquiera que ocupe tu lugar en la pulpería. Volvés a tu casa se hace de noche y dormís. Sí, otra vez esos sueños. Soñas con las alimañas pero esta vez ya están entrando el pueblo, te despertás sobresaltado por un gran estruendo. [[Abrís los ojos -> Es hora de rendir cuentas]] Tu canto logró el efecto que querías, todos están aludandote nuevamente. Te vas a tu casa satisfecho, (if:$Vida_china is true)[tocás la guitarra para tu china y hasta ella se olvida de sus pesares y se lanza sobre tus brazos,] te dormís con una sonrisa en la cara. Esta noche sorprendentemente no soñaste con las alimañas, ni con El Mandinga, ni ninguna de las grandes bestias de sus huestes. Por la mañana salís a la calle y todos te saludan alegremente, pero a medida que va cayendo el sol sus miradas se vuelven más acusatorias. Por la noche llegás a la pulpería y el ambiente es tenso, pero volvés a tocar la guitarra y todos se apaciguan. Este ritual se repite día tras día, vas todas las noches a tocar a la pulpería para calmarlos y por la mañana te tiran flores. Un día te quedás un rato más en tu casas, (if:$Vida_china is true)[pasando el rato con tu china,] no vas a tocar a la misma hora de siempre a la pulpería, pero terminás saliendo para allá. La gente se agolpa en el camino para gritarte, incluso te tiran con cosas. Tenés que guitarrear ahí nomás en el medio de la calle y todos se calman. Esta vez zafaste, pero ¿qué pasará la próxima? [[Los días siguen pasando| Mantuviste lejos al Mandinga]] ... el Mandinga está de pié junto a tu cama(if:$Vida_china is true)[, con una mano sobre la china.] - No has hecho mucho por complacerme condenado. - No te comportaste como alguien digno de el don que te concedí. - Vas a tener que elegir. Te dice clara y fríamente tus posibilidades: (if: $Reputacion_mandinga > 50 and $Vida_china is true)[[[Entregás la vida de tu joven y atractiva china | La muerte de la china]]] [[Estás dispuesto a entregar la vida de los demás| La Masacre de El Mandinga]] [[Entregas tu alma | Se cobró tu deuda]]No tenés más sueños con El Mandinga, pero la gente a tu alrededor cada vez se pone más agresiva cuando no tocás por un tiempo. Hasta que un día te quedás dormido, un resfrío te dejo en cama y no tenés energías para ir a tocar, esa noche no vas a la pulpería. Te despertás en medio de un incendio y escuchás a la muchedumbre abucheandote afuera. Lo último que llegás a oir antes de morir por la asfixia del humo son las cuerdas de tu guitarra saltar por el calor de la llamas y resonar una última vez.Cuando al fin llegás ves como las alimañas, El Mandinga, incluso el chivo negro están destrozando el pueblo y matándolos a todos. Incluso a El Tarta, (if:$Vida_china is true)[ a La China,] a todos. De la manera más sangrienta, de maneras que nunca imaginaste que podía matarse a una persona. Pero lejos de sentirte triste te empezás a reir desaforadamente viendo toda la escena. Agarrás tu guitarra y empezás a cantar avanzando entre los cadaveres, las calles con charcos de sangre y las casas incencidadas. [[Hacés bailar a las huestes del mandinga con tu canto ->Sucumbís a la locura]] Una caravana de arañas, serpientes y murciélagos recorren las calles de tu pueblo, vos pasas a su lado como si nada, sos como uno más de ellos. Llegás al centro, a la plaza principal y hay un grupo de brujas de La Salamanca haciendo un gualicho. Te acercás, te reciben cordialmente y te explican cómo funciona tu pacto con El Mandinga. Te dicen que si no hechizás personas con tu canto a donde vayas, El Mandinga mandará a alguien más a que lo haga. Si dejás de encantar personas vas a estar cada vez más cerca de que él venga a cobrarte el alma, esa deuda firmada con sangre que contrajiste. [[Ya das todo por perdido | El camino del condenado]]Ahora tu pueblo está engualichado, ves un poco a tu alrededor y no tiene sentido ni siquiera ir a ver si los que conocés están bien. Agarrás fuerte tu guitarra, te subís al caballo y empezás a cabalgar hacia otro destino en la pampa, a otra pulpería en la que encantar a todos con tu canto. [[Y así seguís tu vida, preso de esa deuda que te perseguirá por siempre ->El viaje eterno]] (set:$Reputacion_mandinga =it-15) Empezás a caminar y en un momento se escucha un zumbido muy fuerte, como si miles de mangangás hubieran entrado al talar de repente. Termina el zumbido que te hizo taparte los oidos y quedarte quieto y estalla una luz roja desde el centro del bosque que ilumina todo el cielo. La luz se apaga rápidamente, ves como delante algo brilla naranja de manera intermitente. [[Das la vuelta y volvés al pueblo | Capítulo 4: Un camino de alimañas]] [[Salís corriendo hacia el centro del bosque para ver que está pasando | Un claro despejado]](set:$Reputacion_mandinga =it-15) Llegás a un claro en el medio del talar y no hay nada excepto unas luciernagas que brillan con una fuerte luz naranja, nada más. Si hubo algo en algún momento ya no está y no dejó ningún rastro. [[No entendés bien que pasó pero das la vuelta y volvés al pueblo -> Capítulo 4: Un camino de alimañas]] (set:$Reputacion_mandinga =it-15) Seguís tocando, sobre tu música la luz empieza a chillar unas notas muy agudas que suenan por encima de lo que vos estás tocando. Escuchás esas notas con total claridad, se vuelve roja y su melodía resuena en el campo. Entonces cuando está a un metro tuyo se desvanece suavemente, metiendose en la tierra en forma de hilos de luz roja. [[Todo esto te parece muy extraño y decidís dar la vuelta y volver a tu pueblo -> Capítulo 4: Un camino de alimañas]] [[Sin poder sacarte esa última melodía de la cabeza te metés en el talar a buscar el rancho del viejo y averiguar qué le pasó |El rancho del viejo]]En cuanto dejás de tocar la luz deja de emitir sonido y se frena en seco. Vuelve flotando rápidamente hasta el borde del bosque, vuelve a "cantar" lo que tocaste vos mientras su color se va tornando en un rojo oscuro. De repente entra en el bosque muy rápidamente y desapareciendo entre las ramas. [[Das la vuelta y te vas al pueblo -> Capítulo 4: Un camino de alimañas]] [[Te adentrás en el bosque ->En lo oscuro del bosque]] Caminás por el talar hasta encontrarte con el destartalado rancho del viejo. Entrás facilmente porque la puerta está destrozada. El rancho queda justo en un claro del bosque, a pesar de ser de noche la luz de la luna entra por la puerta y las pocas ventanas y te deja ver en su interior. Lo primero que te llama la atención es un cuaderno muy extrañamante encuadernado con cueros y pieles de distintos animales como forro. Lo abrís y a pesar de que está en un idioma que no conocés, de alguna manera, podés entenderlo. Son canciones, o más bien una sola canción, instrucciones de cómo hay que tocarla, los acordes que se tienen que hacer y la letra del cántico. [[Cuando te das cuenta ya la estás interpretando |La canción del viejo]]Vas pasando las hojas y seguís tocando, tu cántico al igual que lo que estás leyendo están en un idioma totalmente desconocido para vos, pero podés reproducirlo a la perfección. Acorde tras acorde y página tras página la canción va resonando en todo el oscuro rancho. Hasta que las anotaciones terminan abruptamente. ¿cómo sigue esta canción te preguntas e intentas buscar la respuesta en tu mente? <!--Acá en cada opción se debería reproducir una melodía al pasar el mouse por arriba--> [[Tocás esta melodía | Un profundo silencio]] <!--Una melodía que sonó cuando hechizó a la familia de La China--> [[Tocás esta melodía | Los animales del bosque]] <!--La melodía que "toco" la luz--> [[Tocás esta melodía | Un profundo silencio]] <!--Parte de la canción del menú-->Terminas la canción y queda todo en un profundo silencio, un silencio casi aplastante. Y de repente un estruendo muy fuerte, se rompe todo el rancho en pedazos, cayendo partes del techo a tu alrededor. Frente a vos aparece El Mandinga [[Te quedás congelado frente a él | Condenado desagradecido]]De repente aparecen cientos de animales que brillan de un naranja fuerte entran al rancho y empiezan a correr alrededor tuyo mientras das los últimos rasgueos Se escucha de repente un terrible estruendo y aparece El Mandinga delante tuyo, lo ves entre las luces. Seguís tocando, repitiendo esa última melodía, él intenta llegar a vos pero los animales no lo dejan. Las criaturas del talar lo empiezan a rodear a él y así como llegó desaparece a través de una grieta en el suelo. [[Suspirás aliviado y dejás de tocar tu guitarra | Sos libre]]El Mandinga dice con la voz más tenebrosa que jamás escuchaste: - “Me traicionaste basura humana, despreciable mortal!" - "Ya no sos digno del don que te dí, es hora de cobrar tu deuda” Se transforma en un ser mostruoso con una boca gigante con miles de dientes. Sin que puedas defenderte ni articular palabra alguna te atrapa por el cuello, te levanta por sobre sus tremendas fauses y te traga de un solo bocado.Los animales te rodean y escuchás denuevo esa melodía, entonces te sentís muy mareado y te desmallás. Soñás pero en tus sueños ya no te persigue El Mandinga, aparece por un momento en tu sueño el viejo que sonríe satisfecho. Cuando despertás estás en una carreta junto al Tarta (if:$Vida_china is true)[y a tu china. Cuando por la mañana no estabas en tu casa ella fue a buscarte a la pulpería, El Tarta le dijo que lo último que te había contado era sobre el viejo y fueron juntos a buscarte.] (else:)[cuando no apareciste por la pulpería al día siguiente, El Tarta supuso que habías ido a ver que había pasado con el viejo] Volvés a tu casa y tu vida sigue prácticamente como si nada hubiera pasado(if:$Vida_china is true)[, la china se quedó con vos y lograron vivir una vida plena juntos]. Tu don ya no existe, pero tu deuda de alguna manera tampoco, ahora sos libre de las ataduras de El Mandinga. Bien hecho, ya no eres un condenado.